Crearwy, era la joven más hermosa del mundo; Morvan era un hombre feo, pero fuerte y valiente en la batalla y Afagduu era tan terriblemente feo que no sería aceptado jamás por la sociedad. Cerridwen decidió compensar la fealdad de su hijo volviéndolo el más grande de los bardos galeses, para lo cual prepararía una poción, de la cual solo las tres primeras gotas serían mágicas, siendo el resto un letal veneno.
Para ello debe añadir las hierbas mágicas apropiadas, recogidas en las horas planetarias debidas y hervir esta poción a fuego lento durante un iniciático año y un día. Para vigilar la poción, Ceridwen tenía dos sirvientes, el anciano y ciego Morda y el joven Gwion (o Gwyon) a los cuales había advertido que no tocaran ni una gota de la poción, so pena de sufrir una muerte terrible.
Pero un día que Gwion se encontraba removiendo la poción, tres gotas del líquido ardiente saltaron sobre su mano, instintivamente, Gwion se llevó la mano a la boca, obteniendo así los dones que estaban destinados a Afagduu. Furiosa, Cerridwen persiguó a Gwion para matarlo, pero el joven, utilizando sus nuevos poderes mágicos, se convirtió en liebre. Cerridwen, entonces, se convirtió en perro; Gwion se transformo entonces en pez y saltó a un río, Cerridwen se volvió nutria y continuó la persecución; Gwion se convirtió en gorrión y Cerridwen en águila. Finalmente, el joven se transformó en un grano de trigo y Cerridwen, en forma de gallina, se lo comió.
Cuando Cerridwen volvió a su forma humana, se dio cuenta de que estaba embarazada y que el niño que llevaba en su vientre era Gwion y resolvió matarlo en cuanto naciera. Sin embargo, cuando el bebé nació, era tan hermoso que Cerridwen no se atrevió a matarlo, así que metió al bebé en un saco de piel de foca y lo tiró al mar. Sin embargo, el niño sobrevivió y fue recogido en la costa por un príncipe llamado Elphin, el cual adoptó al bebé, llamándolo Taliesin. Con el paso del tiempo, Taliesin marchó a la corte del Rey Arturo, donde se convirtió en el arpista principal y en consejero del rey.
El Caldero representa el principio femenino, al igual que el cáliz o la caverna y es comúnmente asociado al útero, así como a procesos de transformación y renacimiento. La Forma del Caldero representa a la Madre, y las tres patas son los aspectos de la Diosa: Doncella, Madre y Anciana.
La Diosa para todos nosotros personifica el origen de la vida y a través de su seno da la fuerza que da nacimiento al mundo. De aquí nace La Vía Láctea. Las estrellas, la luna, los planetas, los árboles y las plantas, los animales, las personas y todo lo que esta por existir proceden de su seno. A partir de su enorme fuerza interior, la vida es una fuente de conocimiento.
La mitología Celta nos habla tres calderos: El Caldero de Bran, El Caldero de Dagda, y el de la Diosa Cerridwen. La Diosa Patrona de los tres calderos es Brigid, diosa triple celta de la Transformación.
El Caldero de Bran es llamado también el Caldero del Renacimiento. Sus poderes son la restauración y la curación. Este caldero actúa en el plano físico y es el que influye en el cuerpo humano. Bran era considerado el Dios Sanador y Herbolario, por lo que su caldero transforma a las hierbas que contiene en elementos curativos para el cuerpo. En el caldero de Bran encontraremos el poder de la regeneración del ser humano.
El Caldero de Dagda es llamado también el caldero de la abundancia sus poderes son de Generosidad y la prosperidad. Actúa en el plano mental para transformar nuestra realidad y colmarnos de regalos y recompensas. Dagda era el Padre de Brigith y en su caldero sé general el amor, los sentimientos, y las emociones de los hombres.
El Caldero de Cerridwen es llamado también, el caldero de la Sabiduría, sus poderes son la Inspiración y la Visión Sabia. Este caldero actúa en el plano espiritual. Es el caldero del Alma, del pasado, presente y futuro. En el se encierran las enseñanzas de los ancestros y la magia de los tiempos. Cerridwen es la Diosa Irlandesa que corresponde a Brigid en su Caldero se encuentran la Sabiduría de la Naturaleza. Su interior es liquido y en el se observan las respuestas del Alma. Se dice Cerridwen coció en su caldero la pócima de la sabiduría durante un año y un día, curiosamente, el tiempo que debe servir uno como acólito antes de ser iniciado plenamente.
Por último, la jabalina que vemos a su derecha es un símbolo de fertilidad y sensualidad.
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Se le considera una diosa patrona de los ciclos de la vida, muerte y renacimiento, así como de la inspiración, creatividad y adivinación.
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