24 de septiembre: Día de Nuestra Señora de las Mercedes y de Obatalá

El 24 de septiembre celebramos la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes quien, multiplicando su misericordia, ayuda a los que sufren, tanto del cuerpo como del alma, los rigores de las prisiones.


El nombre de la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. En esa época muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder lo mas preciado: la fe católica. Nuestra bendita Madre del Cielo, dándose a conocer como La Merced, quiso manifestar su misericordia hacia ellos por medio de dicha orden dedicada a atenderlos y liberarlos. Es la Dulce Madre que libera, consuela, y protege, a los enfermos, a los afligidos y a todos aquellos que sufren cualquier tipo de prisión, como por ejemplo: el Error, el Pecado, el Vicio y, por supuesto, a quienes están, literalmente, privados de su libertad...

Desde el siglo XIII es patrona de Barcelona y el 25 de septiembre de 1687 se proclamo oficialmente patrona de la ciudad. Es además patrona de los cautivos y presos, tanto físicos como psíquicos, y de muchos países de Latinoamerica, ya que la orden de los Mercedarios participó desde los inicios en los viajes al Nuevo Mundo y el posterior proceso de evangelización católica.

Como resultado del proceso de transculturación o sincretismo, la santísima Virgen de Las Mercedes quedó identificada al llegar a Latinoamérica con Obatalá, el Orisha africano mayor, Padre de Todos, y a partir de ese momento quedó establecida la doble naturaleza de Obatalá: Obatalá /hembra y Obatalá/macho, relacionado con el sol, la corte celestial, Olofí.


Obatalá representa al padre y a la madre como Dioses de la Creación. Orisha mayor, considerado el supremo, el escultor del ser humano, creador de la Tierra, dueño de las cabezas, y muy misericordioso. Gusta de todo lo blanco y viste así, baila suave como si estuviese cansado.

Es el dueño del camino de Osankiriyán, el único camino que se usa para ir a la loma donde está el Ilé de Olofi. El sol como deidad en el cielo (Olorún) representa a Obatalá, ya que es la unión de todos los cuerpos celestes que estaban separados al principio del mundo. Es la deidad pura por excelencia, dueña de todo lo blanco, de la cabeza, de los pensamientos y de los sueños. Hijo de Olofi y Olordumare, fue mandado a la tierra por el primero para hacer el bien y para que gobernara como rey del planeta.

Todos buscan como abogado a Obatalá. No admite que nadie se desnude en su presencia o se expresen con frases duras o injuriosas, por lo que sus hijos deben ser muy respetuosos.

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